domingo, 24 de febrero de 2008

NO TODO ESTÁ PERDIDO

Moscú, al año siguiente, un día después. euro: 4.67

PLAZA SAN MARTIN

Cocote, Ico y Bernardo vigilaban detrás de una árbol a Madama y a la Cobani, por indicaciones de Max.
La mujer que las acompañaba era un tanto extraña. Tenía unos ojos saltones, claros, pelo de plástico oscuro y dientes blancos perfectos. Era una anciana de baja estatura, aproximadamente 80 cm. Debajo de su pollera azul, le salían 6 u 8 patas peludas de araña. Bernardo no las pudo contar. Llevaba en sus brazos, un bolso color camel, donde claramente vieron que guardaba el dinero que Madama, semi desnuda, le daba. La Cobani, en ese momento, se encontraba sentada sobre un charco con un sapo sobre su cabeza.
La mujer-araña bajó ágilmente del banco de plaza y con sus múltiples patas se alejó hacia el centro de la ciudad. Cocote la siguió, mientras Bernardo e Ico volvieron al CGD.

DETRÁS DE LA CÁRCEL DE OLMOS

Seguir a la mujer-araña no fue una tarea fácil. Si bien Cocote era especialista en persecusiones, la habilidad del arácnido de acortar camino trepando paredes y/o árboles le daba una ventaja considerable.
Una vez ubicada su guarida, el fiel ayudante llamó a su jefe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quien dijo que todo esta perdido?

Yo vengo a ofrecer mi corazon!