LA MADAMA BOVARY

MAX PLANCTON sabe que La Madama Bovary no es como las demas. No está muy seguro de que sea humana. Tiene una temperatura mas elevada que el resto de los mortales.

- Nunca quiso hacerse estudios. Con el único que pude hablar fue con su ex amante , el oculista Martín Isla García. Fue muy desagradable-cuenta Max-. Cuando pregunte por el dr. y dije el motivo de mi consulta, su mujer me corrió dos cuadras tirándome cosas. " vayase a la mierda, usted y esa puta" gritaba. Después me encontré con él en un bar.

-Sí, es cierto-dijo Isla García-ahora que ud me dice, pude ser que no sea del todo normal, si ,si, es extraño que con el ojo de la nuca vea mejor de lejos que de cerca . Con los otros dos ve bastante bien -

"Recuerdo que ese día nos quedamos cabeceando como tres horas en el bar, pero no llegamos a ninguna conclusión. El me ofreció tomar una cocucha, pero yo tenía acidez y preferí un té."

-A mi no me dejan ver la tele todo el día para ahorrar electricidad y ella gasta una fortuna en comida- se queja La Cobani.

-Si, confirma Plancton, come con la voracidad de 100 adolescentes, y no engorda un gramo, no es normal.


-Su afición al pete para mí, dice la Dra,Exxxxxeso, es por una carencia infantil. Seguramente nunca le han dado helado de vainilla.

-La Madama es un ser libre. No para de reirse. Todo le divierte- dijo Malme- su risa me recuerda a los alaridos de los incas en los sacrificios. Es muy graciosa.




Veinte minutos antes de llegar a Neuquen, en el Tango-2, un reportero de Telam le hizo una nota. El resto de las potras se pusieron nerviosas porque Madama no tiene pelos en la lengua, solo algunos que le quedaron de Sofovich cuando se depiló.


Ella le contó al notero que a los quince años , estando en el Amazonas con una tribu indígena, la bañaron por primera vez y le hicieron dos trenzas larguísimas, ya que nunca le habían cortado el cabello. Fue en ese entonces que le descubrieron su tercer ojo. Ella siempre supo que lo tenía pero no había dicho nada. Los indios pensaron que era demoníaca, se asustaron y la echaron, entonces se fue a vivir al Dock Sud , donde le recomendaron un buen oculista para sus tres ojos, un hombre casado, de quien se enamoró perdidamente. Con él vivó un romance muy apasionado y a pesar que decía que la amaba, nunca quiso dejar a su mujer.



El periodista saltó a otro tema que le interesaba. La pelea que tuvo con Monica Lewinsky, la petera de Clinton.


-Ah, si- Dijo Madama- riéndose- fue un ataque de celos, por la fama que había adquirido, me pareció injusto. Estábamos en el shopping de Miami, ella bajaba por la escalera mecánica y yo subía ,entonces le veo la espalda con mi tercer ojo. Estaba feliz, gastando la plata que había ganado por su pete famoso, ¡¡yo le hacía petes a personajes mucho mas importantes casi todo los días!!. Asi que pegué un salto y me tire encima haciéndola rodar por la escalera, la patee y le saqué todas las bolsas. No me quedé con nada, lo regalé todo. La policía me fue a buscar pero Max mi jefe, me sacó.
El clima del reportaje era cordial. El muchacho se animó a preguntarle por el hombre que sus compañeras de cabaret decían que era su gran amor. El hombre de la mirada roja.
El rostro de la Bovary se endureció. De su enorme boca, acostumbrada al placer, surgieron dos colmillos filosos. "Error. De él no se habla".
El periodista empalideció, la respiración de Madama se acercó a su cuello y él quedó inmovil, sin reacción. Pero la suerte estaba de su lado. Un enano bipolar rodó por los pasillos del avión por las maniobras de Cassandra y cayó justo arriba de ellos. Madama se separó de su presa y el notero, temblando, volvió a su asiento.
El enigma de la extraña relación de la potra continua...