QUIETA! De como la Vaquera de la Finojosa se tuvo que quedar quieta

Ocurrio que una madrugada
concurrio la Vaquera desolada
al consultorio de la Doctora
en Montes de Oca y Escalada.

Dra. -Que ocurre, Vaquera fermosa,
que os noto tan angustiada?

Vaq.- He quedado lastimada
indignamente garchada.
Un caballero valiente
me ha dejado muy caliente.

Dra.- Sentaos,donosa dama
y explicadme que ha pasado
en tan deshonrosa cama.

Vaq.- Estaba en la Finojosa
pastando con mis cabritos
y me llega un mensajito
de un ferviente muchachito.
Me aventuré presurosa
a cumplir con su pedido
¡Còmo lamento haber ido!
aceptando cualquier cosa.

Dra.- Continuad, vaquera preciosa
mientras me tomo un whiscola.
¿Quereis compartir conmigo
esta bebida asquerosa?

Vaq.- Llevome a la terminal,
me arrojó sobre la alfombra
Quieta! me dijo, aferrándose a mi teta
hoy serais mi marioneta
o terminareis mal!

Dra.-¡Qué lenguaje mas ladino!,
¡qué poco subliminal!
De damas, ese animal
no ha comprendido un comino.

Vaq.- Quieta, vaquera jocosa!
¡cuántas veces te lo he dicho!
no veis que si te moveis
no dejais entrar mi bicho?

Dra.- ¿Y qué mais?

Vaq.- QUIETA!! ( y la Doctora dio un brinco)
no veis que con todo mi ahinco,
mi vaquera escandalosa,
intento desesperado
meterte mi bella cosa.?
Ponte tú en cuatro patas!
(y yo, lo fice obediente)
hasta que el bruto croata
acabó como una rata
enterrando su batata
hasta el fondo de mis dientes.

Dra- ¡Y qué maiiis?,
Vaquera fermosa de la Finojosa
(mientras escuchaba
la Doctora tocábase la cosa)

Vaq.-¿Qué ocurre Eminencia?
¿Te estáis calentando?

Dra- No, me estoy masturbando.


Ante escena tan penosa
La vaquera, presurosa
se tomo el tren a Tolosa.

MORALEJA: Desconfiad de los mensajitos, nunca dejeis a tus cabritos para atenderos con la Doctora, especialmente si toma whiscola.