sábado, 8 de diciembre de 2007

La Isla Calavera Putrefacta .CAPITULO 3

Gracias a los planos de Cocote el Rutero, Max hizo que los enanos patalearan hacia la Isla Calavera Putrefacta, ubicada exactamente en el medio del Mar Rojo y conocida por ser una peligrosísima Isla plagada de Corsarios, Caníbales ,Jíbaros, Ex combatientes de Vietnam, Skaters, Yabrán y Vendedores de Autos.
La información que Max tenía era que en la Isla funcionaba el cuartel secreto del Mossad, financiado por Al Gore y Natalia Oreiro, y habían sido ellos los que habían robado de nuestro querido San Juan los restos fósiles del Molusco mas antiguo.
Cuando las uñas de la Cassandra tocaron tierra, el cocinero abotonado gritó "tieeeerra", y la Cobani, pisoteando la panza inflada de Mal medicada y las cabezas de los enanos, se abrió paso para ser la primera en bajar, blandiendo su látigo contra la arena blanca. La Dra consultó con Max si como primer medida no sería bueno dar una conferencia a los nativos, informándoles sobre los beneficios del preservativo y las pastillas anticonceptivas. Enseguida, la Madama y el cocinero se ofrecieron a hacer la demostración.
En un improvisado escenario, los Skaters y Yabrán (que tenía puesta la careta de Michael Jackson) aplaudían excitados el pete -practicado con forro- que la Madama le ofrecía al cocinero y a un vendedor de autos que gentilmente se ofreció como voluntario.
Mientras tanto, los nativos reducidores de cabezas de la tribu de los Huambisas, jíbaros, no prestaban atención al despliegue erótico de la Madama sino que miraban fascinados la atrayente y gigantesca cabeza de Cassandra, quien alertada por los tres filipinos, se escondió en una cueva subterránea que resultó ser una mina de oro.
Nadie pareció advertir el peligro que corría Cassandra, ya que Max Plancton se masturbaba mirando a las nativas quienes se bañaban desnudas debajo de una cascada, La Cobani realizaba su entrenamiento matutino, y sus enanitos, cansados, se recuperaban del esfuerzo realizado. Por su parte, La Dra psicoanalizaba a un nativo con trastornos obsesivos compulsivos, La Madama ofrecía petes que los nativos rechazaban con gentileza y Mal Medicada hacía la danza de la Cabra, previendo la tormenta eléctrica que se avecinaría esa noche.
Tampoco se dieron cuenta de que el barco con la bandera del Ku Klux Klan arribaba en el puerto buscando también la valija con el preciado molusco.
El cocinero, que por una pequeña aventura sexual se encontró en una Isla peligrosísima junto a un grupo delirante, se persignaba mirando al cielo mientras exclamaba: "¡¡qué mierda hago yo acá !!¡¡ mi mujer y mis ocho hijos me esperan en Massachusets!!". Desesperado por huir, se trepó a una montaña y, luego de trastabillar cayó en un recoveco escondido , oyó las voces de Al Gore, Natalia Oreiro y Yabrán, que discutían donde ocultar al molusco alertados por la presencia de Max y su grupo. Temblando de miedo, le mandó un sms a Max pidiéndole socorro.


EPÍLOGO: Las Potras en acción.

Isla Calavera Putrefacta. 35 grados 15 minutos latitud sur, 7 grados 18 minutos longitud este. Al borde del Mar muerto. Tormenta eléctrica. Euro a 5, 30. Reunión en pleno del Mossad. Ku Klux Klan cuidando la entrada de la cueva. Nativos traidores en la retaguardia. La Guardia Prusiana controlaba las ventanas. Natalia Oreiro con la valija del molusco. Yabrán con la máscara de Silvia Suller. Al Gore con un millón de dólares negociando con dos enanos que habían cambiado de Bando.

A las 12:38 de la noche, Max y Las Potras caen encima de los malhechores. A las 12: 50 le quitan a Nati el molusco y La Cobani le pide un autógrafo y la dieta de la luna. A las 12: 53 los enanos se arrepienten y vuelven con Las Potras. Mal medicada le arrebata a Al Gore el millón de dolares.

01: 04 am. Las Potras y Max en un crucero rumbo a las Bahamas, tomando champagne Dancer y festejando la victoria de Arsenal.
Max preguntó : ¿ y el molusco?
Las potras contestaron al unísono : Con un millón de dólares y después de la quinta botella ¿a quien le importa, Chiche?

Mientras tanto, el cocinero, feliz por volver a Masachusets, les preparaba a sus nuevos amigos un riquísimo sushi de fósil de molusco sanjuanino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

potras: las felicito por la historia, se nota que saben escribir muy bien, es excelente.

Anónimo dijo...

imbecil no es una historia